Picando ajos y cebollas
en mi cocina de surrealista privado
aventuro una ración
de ricas posibilidades, como empezar de nuevo
a partir de una vida arruinada y un huevo fresco.
Todo esta aqui de pronto:
el conocimiento y el condimento,
el universo y la salsa.
Soy una turbia mezcla cultural de manos y cacerolas
con un grito parado en el centro
de la llama del gas,
llamando a todos para que vengan a comer;
ofreciendo
con una respetuosa reverencia
una pizca de sal y una gota de aceite
al dios de una nueva oportunidad.