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24 julio 2024

Música material

Objetos para el bajo en El extranjero

Una de las preguntas recurrentes en esta constelación de diversas actividades que el Nationaltheater Mannheim organizó alrededor del estreno de mi ópera "El extranjero", es la constante referencia a la Musique Concrète. Idea presente en el universo sonoro de mi ópera, pero también de forma explícita en mi concierto retrato "In Salon mit..." junto con el percusionista Jens Knoop y el pianista Gabor Bartinai. 
Ciertos temas, como la definición de Musique Concrète, han sido extensamente elaborados en otros
escritos y posts de mi blog a lo largo de los años. En breves palabras, la música concreta, como la define Pierre Schaeffer, no se refiere al uso de objetos, trenes, sirenas, sino a la materialidad del sonido: atiende a la constitución acústica del hecho sonoro independientemente de su medio de producción, sea la fuente del sonido un violín o una locomotora.
Hay un diálogo de definiciones abrazadas de Pierre Schaeffer con Helmut Lachenmann. Este último definirá su música como “música concreta instrumental”. Lachenmann construye su concretud dentro de la tradición académica: hay ejecutantes en vivo y notación musical, un espíritu muy diferente al mundo electroacústico de Pierre Schaeffer, aunque ambos están interesados en la arquitectura interna del sonido. Sonido onda, sonido interferencia, sonido ruido.
Estas definiciones han despertado conversaciones animadas en mi mente por años, en contrapunto constante con la retórica del hacer: la búsqueda "per se" se anima con las definiciones y viceversa. Y cada tanto surgen algunas definiciones de mi lenguaje musical, en términos de discurso-sonido, discurso-palabra, discurso escritura, siendo las tres caras de una moneda con volumen.

Recientemente, he recibido, en forma de epifanía, una definición que no viene desde la música, sino desde la literatura, desde la  obra de Hebe Uhart, cuyo uno de sus libros da título a este blog: música material.

 Hebe Uhart, enfocada en los usos y costumbres del lenguaje (las maravillas del extenso español a lo largo de los continentes), construye su prosa desde la materialidad del lenguaje.
- ¡Aire! Dice uno de sus personajes, en un modismo que agrega, desde la mirada lúcida de la escritora, un flujo metafórico a la acción de echar a una persona: movimiento, viento y palabra se combinan en un gesto. Las dinámicas y carácter, cuasi musicales, se desprenden de la palabra leída como si fuera una nota musical compleja.
La materialidad del lenguaje de Hebe me ha hecho pensar en mi música y en mi relación con los objetos, abriendo la imaginación a la materialidad de un sonido ampliado, que como ese ¡Aire! Incluye gesto y sonido. También me ha traído una especie de sinapsis con respecto al término material, tan afín a la tarea compositiva de pico y pala y a la cartografía del análisis: los materiales con la que está hecha la música, tanto sea una sinusoide como una escala.

Del cielo a casa, el cielo en la casa. Lo concreto en el escenario, el escenario en el cotidiano. Tema tanto musical como antropológico.  Encontramos objetos de la ciencia acústica, alla Schaeffer, objetos acústicos, académicos, alla Lachenmann y otros objetos culturales, cotidianos, alla Uhart, Voegelin, Bouchard...

 La palabra material remite a lo concreto en dos aspectos: a nivel construcción del sonido en sí (arquitectura acústica), pero también a material físico, matérico: agua, papel, lata, cuerpo del instrumento.

La palabra material remite también a un imaginario arquitectónico (piedra, madera) pero también a materiales más abstractos, la materia más abstracta de la física, como la luz y las frecuencias sonoras.

La palabra material tiene algo de esencia, pero también de arquitectura, y esto es algo que me interesa sobremanera: el material está definido por la forma y viceversa: e

Los materiales de la mente confunden forma y contenido: ¿es la pared amarilla o la amarillez de la pared? El vidrio es el vaso; el mármol es el bloque o la escalera que lo abraza; el do sostenido es el violín o una mancha de tinta en el papel pentagramado. 

15 octubre 2006

Sobre la pasión lenta

 fotograma del film Au Hasard Balthazar de Robert Bresson

“La conciencia que el espectador posee de la forma tiene por efecto el prolongar o el retardar las emociones, pues, en la medida en que somos conscientes de la forma en una obra de arte, en cierto sentido nos separamos de ella; nuestras emociones no se manifiestan de la misma manera que en la vida real”.
Susan Sontag “Estilo espiritual en las películas de Robert Bresson.”

El arte es la conjunción de una forma fría y calculada que contiene en su interior un material caótico e impredecible. ¿Cuál es la función de la forma, sino la de albergar al caos, y darle una morada donde pueda ser contenido y a la vez ser observado?
Esa caja transparente funciona como un borde para la apreciación lenta, articulada en el tiempo, de aquello que no se sabe bien. Y es esa lentitud y esa distancia la que permite un arte reflexivo que observa un contenido  intenso.

10 octubre 2006

La repetición


“La vida se nos presenta como una evolución en el tiempo y como una combinación en el espacio. Considerada en el tiempo, es el progreso continuo de un ser que esta envejeciendo sin cesar, es decir que nunca vuelve atrás ni se repite”.
Henry Bergson, La risa

El concepto de repetición forma parte  de la naturaleza misma de la música.  La repetición trae ineludiblemente el concepto de variación, como dos aspectos  complementarios de una misma idea.  Un sonido repetido jamás  es igual a los otros, como podemos ver en “Éphémère” de Mathias Sphalinger. En una sección de esta obra para ensamble, la pieza se detiene en un solo de redoblante que consiste en la ejecución de golpes sucesivos y regulares de un mismo sonido durante tres minutos. El redoblante con su bordona ofrece mini variaciones complejas en la estructura íntima de cada sonido, haciendo imposible (o todavía más imposible) la repetición exacta, ofreciendo, valga la paradoja, una "repetición inexacta" . La serie de golpes sugiere lo idéntico y lo diferente a la vez, ya que la repetición en su mismo estamento, enuncia a la vez su existencia y su propia imposibilidad. La pieza crea la fantasía de una repetición que es imposible. Me gusta pensar que el resto de “Éphémère” es una excusa para el momento del solo de tambor, un marco (teórico, ja ja!) para esos largos minutos de inmovilidad.

Nota a posteriori (13/12/20): En el año 2014  tuve la oportunidad de escuchar esta obra en vivo por el ensamble Musikfabrik en un concierto privado para la comunidad científica en la Akademie der Wissenschaften und der Künste, en Düsseldorf. En el medio del emblemático solo de tambor, una científica grita desde la platea:  "Suficiente". No decía Basta! sino Ya entendimos!. Ante las risas de la platea (mayormente científicos) y los mismos músicos del ensamble. Un acto divertido y, creo, elogioso, a la idea de la obra, con una crítica no a su enunciado sino a su exceso de retórica. Humor alemán.

Ilustración: azulejos chinos pintados a mano en el piso de la sinagoga Paradesi en Kochi, India. No hay dos azulejos iguales (foto mía).