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25 febrero 2017

In the mood of trash

Un basural, la pequeña habitación de una pensión, el marco de una puerta: todo esto se transforma en el escenario esteticista de un amor prohibido. El caos y el desorden se transmutan en belleza extrema. Estoy hablando de la película In the mood of love del director Wong Kar-wai.
De manera parecida, en Bye bye Dragon Inn, Tsai Ming-liang enfatiza el refinamiento de lo casual: la maravilla de la gotera, la composición pictórica del callejón  de basura, la visión irreal del cine desvencijado. Me imagino al director de fotografía horas y horas estudiando el filtro verde pálido para mostrar un piso roto y mojado en todo su esplendor.
Tengo, en muchas de mis obras, una relación muy intensa con lo precario.  Relación que traspasa la escritura de la obra para arrojarme en la acción misma de cargar 12 ventiladores en una bicicleta, transportar una colección de linternas mágicas en un viaje interoceánico, llevar un espejo de pie en el tren de Ámsterdam a Utrecht. En cuerpo y alma.

Todo medio roto, medio viejo, a punto de romperse. Es una relación de índole fatal con los materiales, llena de adrenalina. Me encanta lo cotidiano.
Mi trabajo es el de elaborar la precariedad desde el control, llevando la fragilidad hasta el punto de obsesión férrea. Documentar la falta hasta que rebalse, extenuar la inestabilidad con rigor.
Y en este ejercicio se me va la vida, o mejor dicho, la encuentro. Una buena vida.

 Concierto espontáneo en mi casa en Temperley

19 noviembre 2016

I love you too

 

Acabo de terminar una primera versión de I love you, una obra para flauta y guitarra que interpretarán Alu Montorfano y Yayo Orias Diz, dos compatriotas que viven en España y Francia, respectivamente. Yo estoy en Alemania.

Alu

Es una obra para flauta y guitarra en vivo, tape, diapositivas y mi fetiche de estos últimos años, un ventilador. Es una obra que me gusta muchísimo. Pensaba hacer una versión para video también, sobre todo pensando en los viajes low-cost que necesitamos hacer los tres para poder tocar la obra. Pero una conversación de medio minuto con Alu me convenció de seguir por la vía análoga.

Esta situación me recuerda una anécdota de la familia de mi papá, allá lejos y hace tiempo en Tandil, provincia de Buenos Aires. Mi abuela Estela, nacida en 1902, quedó viuda muy joven, a cargo de tres hijos. De procedencia muy humilde, hija de inmigrantes vasco franceses, sacó a la familia adelante gracias a una maquina de coser Singer que le regaló Evita. En una línea histórica que empieza en esa máquina de coser, mi papá pudo estudiar en la universidad y recibirse de contador. Tema para otro día.

Durante mi primera infancia visitábamos a mi abuela en Tandil. Su modesta casa, la misma que le había dado Evita, todavía en ese entonces no tenía baño. Tenían un cuartito en el jardín, parecido al baño de la familia Ingalls, sin agua corriente. Llenaban baldes de agua lluvia, previamente almacenados en un gran tanque, para mantenerlo aseado. No había ducha tampoco. Nos aseábamos en la pileta del galpón con baldes y una manguera.

Yayo

En un momento dado,  llegó el progreso y construyeron un baño dentro de la casa, con azulejos negros. El baño era tan lindo, que no lo querían usar para no ensuciarlo, sobre todo la ducha.  Recuerdo que en verano (y no tanto!), nos bañábamos en el patio a baldazo limpio para no ensuciar los azulejos.  ¡Nos encantaba! Me atrevo decir que era feliz ¡así nomás!

¡Perdón familia querida por usarlos de anécdota para explicar mis cosillas con la música y ventilar sus intimidades! Me acorde de esa historia hoy cuando hablaba con Alu y volvimos al mundo antiguo, conocido y amable de lo análogo, de los procesos visibles, donde una cosa está atrás de la otra y ocupan lugar, tiempo y volumen.


13 julio 2014

Graffittis - Duesseldorf

 

perspectiva

la tele


pasado

futuro

 

 


27 mayo 2014

De concreto

Estoy componiendo una serie de piezas basadas en las ideas de música concreta de pierre Schaeffer. Manipulando cintas y grabaciones, me pierdo en este mundo tan literal, tan concreto. Soy de la pluma, no hay duda, aunque me interesa el desafio.

 

Mi coro de ángeles

Nota a posterior (22/10/20): este ciclo de piezas finalmente llamado Musique Concrète, de proceso largo y laborioso, de producción infinita, que fuimos construyendo sonido a sonido con mi incansable compañera Alu Montórfano,  es uno de los proyectos que más trabajo me llevó en mi carrera. Y uno de los que mayores satisfacciones me trajo. Aquí el video del ciclo de obras Musique Concrète completo.

19 marzo 2014

Álbum de la edad media

Hace años que estoy fascinada por la obra de Schumann. Amor que viene inspirado por  Gerardo Gandini, hermoso filtro porteño de Schumann y de mis balbuceos intermitentes en el piano allá lejos.
La vida, me pone en Düsseldorf por un año, como un pin y pon en un mapa extenso, y caigo en el tablero junto con otra ficha querida, que es mi deseo de escribir un concierto para piano y tocadiscos basado en Schumann.
Schumann vivió en Düsseldorf y hay un archivo sobre su obra en la ciudad. Es un buen lugar para escribir esta pieza. Tengo el espacio y el tiempo. Tenía ya ganas. No había planeado nada y las cosas no podrían encajar mejor. Es así como una empieza a pensar en la mano gigante que te mueve en el tablero del mundo y otras fantasías deterministas por el estilo.
Cuando no estoy demasiado ocupada planeando mi vida las cosas suceden solas. La vida es loca, si lo sabría Schumann.

Allá vamos.  Bis bald!




 fotos de Edu Fernández


27 enero 2014

Cotidiano

La poética del espacio de Gastón Bachelard es un libro exageradamente estético, bello hasta la fealdad.
Algunas ideas derivadas de la lectura...

No se trata de trabajar con los objetos en si, con su cotidianeidad, sino con su poética, con las sensaciones que generan, las memorias, los recuerdos, las construcciones fantásticas que nos provocan. El hombre común nos aburre, su poética nos encanta.


 

La contrapartida sería cuando el arte se incrusta en la vida diaria; los equívocos entre lo real y lo imaginario, en el mejor de los casos puede llegar a ser gracioso, pero por lo general es delirante y doloroso.
Entrar y salir de lo artístico, manejar sus límites, siempre ha sido una tarea confusa para todos los creadores, no exenta de dificultades y "precios a pagar". Proteger nuestra tarea, nuestra obra, no puede en mi opinión, ser más importante que cuidar nuestra sensibilidad y la de nuestro entorno.
Siempre me causó mucha angustia la película de Woody Allen La rosa púrpura del Cairo. En un momento de la trama, el actor sale del celuloide al mundo real para encontrase con su amada que lo seguía desde la platea. Fuera del film intenta manejarse con los códigos de la actuación que son los únicos que conoce, en situaciones verdaderas, como si la realidad fuera una continuación de la escenografía de la película.



 

02 agosto 2011

En mi barrio no pasa naranja...


Me encantan las máquinas, el mundo mecánico y análogo en todas sus variantes. Me emocionan los ventiladores y el molinillo del café. Me gusta la tele en sí misma, aunque esté apagada.
Me pierdo en una búsqueda literal de objetos en los mercados (reales y virtuales) y debo decir que desarrollé una habilidad especial para acumular bartulerío (¡el gen argentino!). Miro mi preciosa colección en mi estudio en Diemen y pienso en la conexión entre la búsqueda de objetos físicos y la búsqueda de materiales/lógicas sonoros.


 

Para nosotros, los compositores nacidos en pleno siglo veinti, el tema de los mercados de técnicas musicales, es, la mayoría de las veces, una elección a consciencia. El compositor elije trabajar con texturas, con el sonido, con material tonal, con poca nota, con muchas, con casi todas... ¿Y cómo se fundamenta esa decisión? Con un contundente "¡Porque si!". Otras respuestas serían "porque estudie en determinado lugar y no en otro", o "porque me gusta la música de alguien en particular", o por el engañoso "la obra me lo pide".
Para mí una buena respuesta es: porque me impregné de la música que se hace en el barrio, en mi época. En otras palabras: hago lo que puedo con lo que me toca. Como le pasaba a Mozart o a los Pibes chorros. Algunos tienen más prensa, eso sí.