04 diciembre 2007

Multipanty

También podría llamar este texto el desvanecimiento de las disciplinas artísticas en el siglo XXI. Y me catapulto a un futuro dentro de 200 años, donde la categorización de las distintas ramas del arte, es la expresión antigua de un pasado extinguido.
Tengo una percepción un tanto contaminada de lo interdisciplinario, ya que vivo en Ámsterdam, una ciudad que se caracteriza por la "mezcla per se" y la fusión (generalmente irresponsable) de culturas, lenguajes, disciplinas, ideas y falta de ideas. Una ciudad-bazar.
Los trabajos que vengo viendo de gente de distintas generaciones, ya sea estudiantes de las escuelas de arte, o de artistas establecidos, son propuestas que generalmente están rascando el borde de la categoría artística al que pertenecen. Los bailarines actúan y cantan, los músicos se mueven en escena y no tocan los instrumentos. La música en forma de objetos sonoros o en modalidad electrónica, forma parte sustancial de las instalaciones visuales. Todos quieren (queremos) escapar a ese más allá multifeliz. Nadie es profeta en su propia tierra.

Las categorías se disuelven. El concepto de la obra cobra fuerza más allá de su disciplina, y la trasciende. Las mismas ideas pueden funcionar desde distintas perspectivas en una sinestesia de los lenguajes artísticos: un concepto se puede “ver”, u “oír' u “leer, etc. Las obras se vuelven más “abstractas”, más despojadas de su corpus, pero no necesariamente más amateur. ¡Qué miedo le tienen a esa palabra en Holanda, ja ja!

Veo una vuelta al multihombre renacentista, polifacético y multidispciplinario, como Leonardo, que si hubiera nacido en el siglo XX, se hubiera dedicado solamente a una cosa.