
Tengo una percepción un tanto contaminada de lo interdisciplinario, ya que vivo en Ámsterdam, una ciudad que se caracteriza por la "mezcla per se" y la fusión (generalmente irresponsable) de culturas, lenguajes, disciplinas, ideas y falta de ideas. Una ciudad-bazar.
Los trabajos que vengo viendo de gente de distintas generaciones, ya sea estudiantes de las escuelas de arte, o de artistas establecidos, son propuestas que generalmente están rascando el borde de la categoría artística al que pertenecen. Los bailarines actúan y cantan, los músicos se mueven en escena y no tocan los instrumentos. La música en forma de objetos sonoros o en modalidad electrónica, forma parte sustancial de las instalaciones visuales. Todos quieren (queremos) escapar a ese más allá multifeliz. Nadie es profeta en su propia tierra.
Veo una vuelta al multihombre renacentista, polifacético y multidispciplinario, como Leonardo, que si hubiera nacido en el siglo XX, se hubiera dedicado solamente a una cosa.