24 abril 2014
Un tiempo lleno de cosas...
¿Cuánto tiempo hace falta para que las cosas desarrollen su materialidad, se ordenen, se relacionen, se posicionen en el espacio? Ya no se sabe si la aglomeración de instrumentos y de muebles se miden en metros cúbicos o en segundos. Desenmadejar una montaña de eventos lleva tiempo. El espacio se despliega temporalmente en los objetos que no sólo lo llenan sino que lo construyen.
La relación de los espacios con los objetos es más fácil de enmarcar en el contexto de una obra, más evasivo con respecto a la vida cotidiana. La geografía de mi vida estos últimos años se convirtió en un espacio elástico, transportándome en un mapa discontinuo de países y afectos. Un mapa difícil de dibujar en un sólo papel, pero que tiene sentido por como se van ordenando los eventos en el tiempo.
El espacio es también una construcción temporal, donde las personas, cosas, situaciones se van ordenando con una lógica musical. No porque quiera reducir la inmensidad de la vida a una cuestión musical, sino porque en mi corazón, ambas nociones tienen modos de vibración similares y se confunden.
Es más fácil escribir sobre música cuando en realidad una está escribiendo todo el tiempo sobre otras cosas, que son difíciles de expresar, porque simplemente no se expresan.
Llueve mucho en Düsseldorf hoy. Veo la ciudad desde el balcón, una ciudad no necesariamente bonita. Me encanta Alemania.