17 abril 2009

Japón

No estoy encandilada, no estoy decepcionada, estoy totalmente extrañada. El viaje fue corto, agotador, excesivo en todo, en cantidad de gente, en cantidad de siglos superpuestos, en cantidad de información, en diversidad. En riqueza, en contraste.
Es como comerse un caracol crudo. Ríquisimo, si… pero no puedo decir que realmente lo haya disfrutado.
Quería volver a casa, a Amsterdam (!!!).
Pero es ese extrañamiento el que me da mucho aire para pensar en mis cosas. Porque ahora comer verduras también se volvió extraño.