Tengo un trabajo esporádico como camarera en un bar de tapas en Ámsterdam llamado Joselito, para redondear mi presupuesto de compositora free lance (¿o viceversa?).
Fuera de mi circuito habitual, la mayoría de la gente no tiene idea de lo que es la música contemporánea. No sabe ni que existe. Las reacciones de mis compañeros del bar que entraron en mi página web fueron variadas. A algunos les encantó y quieren saber más. Los que escuchan música tecno están de alguna manera más cerca. Otros creyeron que había un error en la página web y que se había roto la computadora (¡sic!). A otros se les esfumó esa capa de admiración que crearon cuando se enteraron de que era compositora y ahora me miran como si fuera una charlatana.
La cantidad no es para mí un indicador de nada, sólo de mucho. Lo que si creo es que algunos -no importa cuantos- vivimos en un mundo mucho más pequeño aún de lo que creemos. La mayoría de la gente no sabe ni que la música contemporánea existe.