Michel Chion cita en su libro Audiovisión una escena de la película La Balada de Narayama, del director japonés Shohei Imamura. La película está ambientada en un pequeño pueblo rural japonés hace un par de siglos. El argumenta gira alrededor de una antigua tradición japonesa que dice que una vez que una persona llega a la edad de 70 años, debe viajar a una montaña a morir de hambre. Un hombre emprende el viaje con su madre para ayudarla a morir.
En una pausa del recorrido a través del paisaje montañoso, el hijo va a buscar agua para que su madre beba. Cuando regresa al punto de encuentro, trayendo agua en una hoja a manera de copa, su madre ya se ha ido. Se crea en la escena una súbita sensación de vacío ante la repentina ausencia de la mujer, que preanuncia una ausencia mayor: su muerte. Chion se refiere a esta gramática cinematográfica como fenómeno de supresión. Esa escena es particularmente conmovedora, ya que el hijo asiste a su madre dándole agua, en un viaje cuyo objetivo final es precisamente lo contrario: entregar a la mujer a la montaña para que muera de inanición.
Leyendo a Chion pensaba en la hermosa música del compositor español Abel Paul y su fascinación por la construcción de los espacios en negativo. Abel compone meticulosamente lo que no está estableciendo una relación oblicua entre presencia y ausencia. En su obra "Vacíos" construye un espacio musical hueco a partir de sus contornos y de sus despojos sonoros. Los interpretes, backstage, no son visibles. Los objetos en escena están operados desde la distancia.