06 junio 2009

Go

Hay un chino diciendo en mi almanaque: ten cuidado con lo que deseas porque se cumplirá…
Y sí, las cosas realmente deseadas llegan. Pero lento. O muchas veces llegan cuando una ya nos las desea más (tal vez no se deseaban lo suficiente). O se deseaba mal, se desea algo que no es. Lento se llega igual, dijo un novio que no llego a ser. ¡Ahhh! ¡Dios, dame paciencia, pero dámela ya! Responde ahora otro ex-novio.


El go es un ajedrez chino donde ambos contrincantes van poniendo sucesivamente cientos de piecitas blancas y negras sobre un tablero de cuadriculas pequeñas. Ficha a ficha, una a una a una a una a una a una, mil veces. Las estrategias del go funcionan a largo plazo, ya que encerrar al contrincante lleva muchísimo tiempo e innumerables movidas, moduladas también por los movimientos del contrincante.
Pero cuando la figura se arma, no hay vuelta atrás… ¿cómo desandar tanto camino meticuloso?
Sólo pateando el tablero (¡y eso no queremos!).
Mientras se espera, paradójicamente el tiempo sigue transcurriendo. La inmediatez estrepitosa no es más que la espuma de las cosas. Es lindo trabajar años por una idea, construir el ladrillo diario de la casita, poner la nota laboriosamente, la blanca, la negra, una al lado de la otra al lado de la otra al lado de la otra…