El mundo gira y gira, cae el comunismo, tal vez el capitalismo, pero los argentinos seguimos absortos en nuestra propia burbuja. Compartimos una eterna pelea de almuerzo de domingo, a los gritos, en el patio de casa. Pasarán los chinos, pasarán los yanquis y los rusos. Y seguiremos intactos, peleando nuestra guerra de sifones.