02 noviembre 2008

Gabriel Cerini

 

Hubo un segundo concierto en Ámsterdam de la orquesta TITO, junto al el compositorc argentino residente en Barcelona Gabriel Cerini.
Entre compuesto e improvisado, la obra de Gabriel fue una fuente de recursos interesantísimos y conmovedores. Rescato muchísimos momentos que encuentro cercanos a mis búsquedas.
Gabriel tocaba en un momento un pañuelo de seda. Lo balanceaba en el aire, mientras los otros tocaban los juguetes. Evidentemente el pañuelo no suena, pero tiene un ritmo, por lo que se vuelve extremadamente musical. Es pura sinestesia: la apropiación de un lenguaje por otro. Gabriel hablaba de campanas para referirse al pañuelo. Una campana de seda, una metáfora en escena.
Otros momentos muy lindos fueron algunos juegos de los instrumentos con una cinta pre grabada.
Gabriel tocaba unos tubos largos de PVC de diferentes maneras.  A veces tocaba tradicionalmente, como trompetas naturales, otras, solo hacía la mímica (sin sonido) y otras, lo que me resulto muy interesante, hacía la mímica en sincronía con una cinta pre grabada (playback). La cinta se pliega con este gesto al discurso de los instrumentos en un tipo de relación poética, también de sinestesia. Esta vez con respecto al movimiento. El lenguaje musical se quiebra y presenta novedosas y poéticas maneras de articulación.
No sé si es un exceso de optimismo de mi parte, pero creo que estas mismas propuestas habría que llevarlas más al extremo, ya que en el contexto de improvisación de este concierto, se diluyen un poco. Tal vez sea imposible y la esencia de este trabajo sea esta misma volatilidad que se percibe de a ratos.
Yo, cada vez más enamorada de la volatilidad de la partitura escrita. Pienso que a esa campana de seda bien valdría la pena estamparla en un pentagrama.