Hay una música que intuyo pero que todavía no se que es, no la puedo explicar ni escribir. Sólo puedo intuirla y esperar que en algún futuro encuentre las condiciones (¿espirituales?) para escribirla.
Es una música más holística, integral y periférica a la vez. No es una música direccionada como una flecha, estereotipada y antigua, que responde a la gravitación de las prácticas de la música occidental. La música contemporánea es música del pasado, o lo será en unos minutos. Viaja en la misma flecha de tiempo. Utiliza los mismos instrumentos que han evolucionado de manera orgánica. Moldea o dialoga con el mismo concepto de belleza. No pasa por escribir tal o cual bonita u horrenda página, sino por un cambio de percepción de la realidad desfasado (¿un giro de 359 grados?).
Es difícil entregarse a algo que uno no entiende. Tal vez es imposible. Pero como en el yoga, cuanto uno más se relaja, más se llega a lugares insospechados. De todas maneras es mas fácil dar un triple salto mortal con el cuerpo que con la cabeza. Dicen los gurús que el cuerpo empieza en la cabeza, bien adentro.